" Yo voy recogiendo las cosas de la vida, no desperdicio nada. Acá, por ejemplo, venía Pajarito. Lo conozco desde hace veinte años, y cuando yo estaba escribiendo el guión de Gatica, el mono, lo oía hablar y pensaba: esto que me está diciendo este tipo yo no lo puedo inventar. ¿Cómo iba a inventar el conflicto que el tenía cuando decía: “Tengo que averiguar quién es el perro hijo de puta que se come los huevos de mi gallinero”? Intelectualmente no tengo forma de inventar eso que es, tal vez, parecido al mundo de mi niñez. Entonces, cuando él llega a la oficina, yo ponía a funcionar el grabador sin que se diera cuenta, y le tiraba de la lengua. “¿Qué hacés, Pajarraco, ¿cómo anda la familia?” o “¿Cómo andamos de minas?”. Y el Pájaro empezaba a hablar como loco y yo le grababa todo. Prácticamente todos los monólogos de Gatica, incluso el del final, en la puerta de la cantina, están sacados de textos que me daba Pajarito sin darse cuenta. Yo soy como una esponja, tal vez porque miro con afecto a la gente y no me pongo a juzgar."
" Pan y vean" , La vida de Favio, por Adriana Schettini