Categoría (General) por Manu de Ordoñana el 15-05-2015
Tienes una buena idea, un argumento original, un mensaje interesante que transmitir o simplemente la necesidad de expresarte. Y te lanzas a escribir. Durante un tiempo te sumerges en tu obra y llega el ansiado momento, escribes la palabra FIN. Pero inmediatamente después te planteas: ¿y ahora qué? Entonces es cuando comienzan tus dudas…
Te preguntas si será eficaz contratar los servicios de un profesional pero no acabas de decidir qué es lo que tú necesitas, y te preocupa también que tu obra sea juzgada con dureza porque solo es una primera versión.
Todas estas cuestiones nos llegan a diario a los servicios literarios de Tregolam y por ese motivo, y con objeto de intentar aclarar conceptos, hemos decidido aportar nuestra visión, que explicada en diez pasos es la que sigue.
1.- Antes de ponerte a escribir consideramos imprescindible que planifiques tu obra pero que dejes también un margen para la improvisación
Hay autores partidarios de seguir un esquema detallado; otros son más flexibles y dejan que los personajes, o las ideas sobre las tramas que van surgiéndoles, o ambos, los guíen. Tanto un método como otro puede funcionar, eso depende de la naturaleza y personalidad de cada autor, pero siempre partiendo de una base: es esencial esbozar un esquema general (también llamado escaleta) que estructure tus ideas o tramas y que tú te mentalices a seguirlo con un generoso grado de flexibilidad.
Esto, que parece una obviedad, no siempre es tenido en cuenta, y el resultado suele ser obras confusas y caóticas en su estructura, o bien obras muy rígidas que más bien se asemejan a un frío informe empresarial.
2.- Escribe una primera versión
Sigue el esquema en sus líneas generales e introduciendo los cambios que creas oportunos a medida que desarrollas la obra. En esta primera aproximación no debes obsesionarte con el tema formal (ortografía, sintaxis, estilo). Tu objetivo es desarrollar una trama cohesionada, perfilar unos personajes convincentes y conseguir unos diálogos adecuados a las situaciones y a cada uno de los personajes.
Si en este punto te das cuenta de que tu idea es buena pero te ves incapaz de desarrollarla con eficacia, entonces se hace necesario buscar otros caminos. Uno acertado podría ser contratar los servicios de un coach literario, que te acompañará en la ardua labor; otro, contratar directamente la coescritura de tu obra por encargo: tú aportas el argumento y un escritor profesional lo desarrolla.
3.- Tienes ya el esqueleto de tu historia y ahora necesitas dotarle de músculo y carne
Es decir, has de lograr que las subtramas se desplieguen y crezcan, que las escenas se amplíen con sentido, debes corregir incoherencias argumentales y desarrollar la personalidad de los personajes al tiempo que defines el idiolecto de cada uno.
4.- Ya estás en el siguiente estadio, ese en el que es necesario hacer el trabajo de orfebrería
Pulir el estilo, dotar de detalles a los escenarios y personajes, crear imágenes y metáforas ricas en contenido, corregir los aspectos formales… y retocar todos aquellos puntos que lograrán convertir tu texto en una obra literaria.
5.- Has llegado al ecuador de tu travesía. Has concluido la parte más dura del trabajo y ahora te enfrentas a algo inevitable pero que te procura zozobra: darla a leer.
Y entonces comienzas a hacerte preguntas: ¿vale la pena seguir?; ¿tiene suficiente calidad mi manuscrito?; ¿están los detalles argumentales bien cohesionados?; ¿funcionan los diálogos?; ¿son creíbles los personajes? Necesitas entonces que personas cercanas a ti lean tu obra y te den su opinión. Pero, cuidado, recuerda que estos lectores han de tener dos virtudes difíciles de encontrar: cierto criterio literario y la confianza contigo necesaria para poder comentarte lo que no les parece bien y lo que echan en falta.
6.- Deja entonces descansar tu obra durante unos días
Será un tiempo que servirá para alejarte de tu manuscrito primero, y de volver a él después, con la mente más abierta y con el ánimo más dispuesto a la objetividad. Además, ese tiempo es el que necesitarán tus lectores allegados amateurs para leer la obra y darte su opinión. Una vez recabadas ideas y tras una nueva lectura, llega el momento de que reescribas tu texto.
7.- Realizada la reescritura, ya tienes una versión de la que estás satisfecho… pero se impone la evidencia: necesitas opiniones objetivas de profesionales del sector
A este respecto tienes dos opciones: enviarla ya a agentes literarios y editores, o someterla primero al criterio de un lector y a la corrección de un profesional. Este paso es muy personal y depende del grado de confianza que tengas en tu propio trabajo.
Porque, eso sí, antes de pasar por la criba que de tu obra hará cualquier agente o editor, has de estar seguro de que tienes la mejor versión posible de tu obra. Porque los agentes y editores no corrigen ni asesoran: criban y solo dan una oportunidad.
Si te decides por los servicios profesionales aún te quedan tres pasos. En caso contrario, tu labor ha terminado, ya que solo te quedará enviar tu obra y esperar.
8.- Si has llegado a este paso, se te plantearán nuevas cuestiones: ¿Qué servicio contrato? ¿Informes? ¿Corrección de estilo? ¿Ortográfica?
¿A quién contrato si no conozco a nadie, ni he visto su trabajo y ni siquiera sé muy bien en qué consiste?
Nuestra sugerencia es que leas con detenimiento los servicios que ofrecen las diferentes páginas web para escritores, analices los puntos de los que consta el informe literario y qué ofrece el servicio de correcciones. Lee los comentarios de otros usuarios y asegúrate de quién o quiénes serán los profesionales que vayan a realizar el trabajo. Y si no estás seguro, pide contactar directamente con el lector o corrector.
9.- Ya has decidido quiénes van a ser tu corrector y tu lector, pero te surge una nueva pregunta: ¿la envío primero a un corrector profesional para que el lector no descarte mi obra por no estar bien escrita?; ¿o contrato primero el informe?
El orden correcto es obtener primero el informe literario. El lector no criba ni juzga, su trabajo es orientar, detectar errores argumentales, destacar debilidades y virtudes, sugerir cambios y aportar ideas para mejorar.
Además, si el lector considera necesaria una corrección profesional, te la aconsejará, y si opina que escribes con gran corrección y que tu obra solo necesita un último repaso, te lo advertirá.
10.- Has llegado al último paso
Ya tienes en tus manos la mejor versión posible de tu obra. Has reescrito y corregido siguiendo las indicaciones del lector, pero quieres estar completamente satisfecho y evitar que rechacen tu obra a causa de las erratas o por deficiencias de estilo. En este caso se impone que encargues una corrección de estilo u ortotipográfica, y no te preocupes, que será el corrector quien, tras leer un fragmento de tu obra, te aconseje un tipo de corrección o ambas.
El siguiente paso que has de dar será presentar tu obra a las editoriales con las mayores garantías de éxito. Pero para alcanzar tal objetivo, ya cuentas con el decálogo que publicamos anteriormente en el portal de Tregolam. Te deseamos la mejor de las suertes literarias, amigo escritor…
Núria Ostáriz Lafuente, asesora editorial de Tregolam y responsable del servicio “Presentación de obras a editoriales y agentes”, ha trabajado varios años en el departamento de lectura de la Agencia Literaria Carmen Balcells y ha realizado informes para el Grupo Random House y la editorial Temas de Hoy. Es lectora del Grupo Edebé y del Grupo Planeta, especialmente para la editorial Destino.
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